Descripción general
Novecento, una obra de teatro que se exhibió de agosto a diciembre de 2019 en el Teatro Milán de la Ciudad de México, presentó un diseño de escenario e iluminación elegante y sencillo que se centró en el actor principal Benny Ibarra mientras se desarrollaba la historia. El Teatro Milán, que tiene una capacidad de 260 asientos, cuenta con un sistema de sonido integrado; sin embargo, la obra necesitaba un diseño de sonido innovador y versátil que le proporcionara flexibilidad creativa y control a Ibarra.
Ibarra, quien además es un exitoso cantante, compositor y productor musical, tiene pasión y afinidad por la tecnología de audio y comprende la importancia de ofrecer una experiencia sonora excepcional a la audiencia.
Darle vida a la obra y transportar a la audiencia era particularmente importante en esta historia sobre un pianista excepcional que nació y vivió toda su vida a bordo de un crucero transcontinental. El director Mauricio García Lozano e Ibarra analizaron la forma de incluir el sonido adecuado para la obra y así generar una experiencia en la que el público se encontrara totalmente inmerso mientras el sonido llega desde todas partes a su alrededor, como en la vida real.
Ya sea que se tratara de los sonidos realistas de las multitudes moviéndose en un muelle o el sonido de una tormenta, querían lograr una interpretación moderna del radioteatro que fue tan popular en la primera mitad del siglo XX. Para lograrlo, sabían que necesitaban una solución que ofreciera la mejor calidad de sonido, pero que también fuera flexible y contara con direccionalidad personalizable, y que pudiera procesar una mezcla de pistas de audio más compleja.
La solución de audio debía resultar fácil de transportar y a la vez ofrecer todas las características identificadas por Lozano e Ibarra. Decidieron que una combinación del sistema de PA de posicionamiento múltiple Bose S1 Pro, los altavoces de arreglo flexible F1 modelo 812 y los subwoofers F1 sería la solución de audio perfecta.
La producción de sonido incluyó 8 canales de audio activos durante toda la obra, con algunas escenas que requerían hasta 48 pistas de audio superpuestas simultáneamente para crear una atmósfera específica. Esta experiencia de sonido envolvente se logró gracias a la tecnología patentada disponible en los sistemas de PA portátiles de Bose, lo que garantizó una cobertura de audio consistente y una claridad insuperable, por lo que el público compartió la misma experiencia auditiva de manera consistente en cada presentación.
El patrón de cobertura del teatro se dividió en 3 secciones: las secciones frontales en las que se utilizaron un par de altavoces de arreglo flexible F1 modelo 812 a cada lado del escenario, cada uno emparejado con un subwoofer F1, y un tercer F1 modelo 812 suspendido en la parte superior central. La cobertura de esta sección se reforzó con el sonido de 4 altavoces portátiles S1 Pro, 2 de ellos situados en el techo sobre los asientos de la audiencia. La sección del fondo y los asientos del entrepiso tenían otros 8 altavoces S1 Pro colocados estratégicamente en las dos áreas. Estos altavoces se emplearon de forma inalámbrica y enviaban la señal a través de receptores de monitoreo dentro del oído conectados al enchufe auxiliar de los altavoces S1 Pro.
La solución de Bose creada a partir de una combinación de sistemas S1 Pro y F1 les permitió a Lozano e Ibarra conseguir una experiencia verdaderamente envolvente para la audiencia noche tras noche. El ingeniero de audio Santiago Álvarez, quien ha trabajado con Ibarra tanto en el teatro como en espectáculos musicales en gira, controló este sistema de audio a medida. Álvarez programó todas las secuencias y el sonido de los 8 canales en un sistema que proporcionaba un sonido verdaderamente portátil, flexible y de calidad, lo que era indispensable para el éxito de la obra.